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Tacos acorazados o de arroz: Conoce el origen de este platillo típico morelense

Es un alimento con mucha historia, ya que inició en los tiempos de la revolución por ser una opción práctica, barata y era fácil de transportar para los jornaleros al campo.

La historia de los tacos acorazados inicia con Felicitas Sánchez Sandoval quién empezó a vender tacos de arroz en los andenes de la estación del ferrocarril de Cuautla allá por 1908.

Como toda buena mujer emprendedora, Doña Felicitas cocinó una gran cazuela de arroz morelense – el mejor – y preparó los huevos duros. Colocó todo en una canasta y se fue a venderlos al lugar donde había más gente con necesidad de comer rápido y barato. Se le ocurrió la estación de ferrocarril, cercana a su casa. Así que en un anafre calentó las tortillas de maíz azul y ofreció los tacos, que consistían en dos tortillas, después una cama de arroz, un huevo duro y todo bañado con salsa picante. Rápidamente los pobres viajeros amontonados en esos incómodos vagones, que iban a emplearse como peones para el corte de caña, encontraron una solución a su necesidad básica de comer sabroso y con poco dinero, sin bajarse del tren, bajo riesgo de perder su lugar.

Es en 1935 cuando Felicitas Sánchez y su familia deciden probar suerte en la capital de Morelos, y se mudaron a Cuernavaca donde decide establecer un puesto cerca del primer cuadro de la ciudad.

Era la década de los años cuarenta y estaba en su apogeo la Segunda Guerra Mundial (1939 y 1945). Por la radio se escuchaban las noticias de los combates, de los buques y submarinos llamados acorazados, de gran tonelaje, fuertemente blindados que llevaban doble coraza; de ahí su nombre de acorazados, habían sido diseñados  para golpear las naves enemigas y hacerlas naufragar. Indudablemente la palabra “acorazado” estaba presente en la mente de los ciudadanos de la época.

Cuentan los cronistas que cierto día un pasajero se asomó por la ventana de un camión y pidió a gritos -¡Quiero un taco, uno de esos como acorazado!- Un ayudante de Doña Felicitas no entendió el pedido del pasajero y entonces el hombre desesperado le repitió a gritos -¡Quiero un taco, de esos, como acorazados! ¡Pero de huevo!- Y fue así como nacieron los tacos de arroz ahora con el nombre de acorazados.

Dicen sus familiares que ella regañó por mucho tiempo a sus ayudantes que por todos lados gritaban: ¡aquí los acorazados!, ¡aquí los acorazados!, ¡lleve sus acorazados! Sin embargo, la popularidad del nombre “acorazados” los volvió más famosos en la ciudad de la Eterna Primavera.

Con el tiempo se convirtió en un platillo muy popular e icónico de esa región, el cual se extendió por el interior del estado. Actualmente puedes encontrar varios negocios que muy temprano te ofrecerán este platillo con muchas opciones de relleno como milanesa, torta de carne, torta de papa, chile relleno, mole, chicharrón, costilla de cerdo en salsa, bistec a la mexicana, y el tradicional huevo duro, entre otros.

Doña Felicitas Sánchez Sandoval falleció en el año de 1975 a los 90 años y está sepultada en el panteón de La Paz al sur de Cuernavaca. Dejando un legado gastronómico ícono de la cocina popular morelense, el taco de arroz llamado el Taco Acorazado.