El elevador que conducía a las oficinas del entonces secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna se ubica justo donde comienza un largo túnel de 400 metros que conduce a las entrañas del búnker construido en plena guerra contra el narcotrafico. Una millonaria inversión para que hoy se sepa que su principal operador, Genaro García Luna en realidad trabajaba para el crimen organizado que decía combatir.
En un recorrido por las entrañas de esa instalación a cargo de elementos de la Guardia Nacional se conoció el ahora denominado Cuarto de Crisis, un centro de reunión para que los altos mandos accedan por las sofisticadas pantallas a operciones de inteligencia, vigilancia y seguimiento.
La instalación destinada a concentrar todas las labores de inteligencia para enfrentar al crimen organizado cuya cabeza principal, entonces considerado el mejor policía de México, en realidad era una suerte, hoy se sabe, de Caballo de Troya. A 13 años de la millonaria inversión de 3 mil 347 millones de pesos, el juicio en Nueva York en su contra arrojó que García Luna es culpable de conspirar para el tráfico de drogas.
En los tiempos del calderonato, era el centro de operaciones de la hoy desaparecida Policía Federal. Se concibió como una aspiración que se asemejará a un sofisticado sistema de seguridad que se transmitía en la televisión estadunidense en la serie 24 horas. Esa fue su fuente de inspiración, según reconoció entonces Calderón.
Paradójicamente, al año siguiente de su inauguración para enfrentar con mayor uso de la inteligencia, se desató aún más furiosamente la violencia en México con un saldo de 27 mil 213 muertos en 2011 y 25 mil 967, en 2012, en los dos últimos años de aquel sexenio en donde se revindicaba en el discurso oficial la guerra contra el narcotrafico.
Con información de LA JORNADA