•Pasa el Alcalde Eduardo Campos a la historia como el peor de todos los tiempos en el pueblo mágico.
Por Andrés Salas
Durante los últimos meses, la violencia se ha desbordado en Tlayacapan, el pueblo mágico tranquilo y seguro se acabó por las malas decisiones y acciones inmediatas del presidente municipal Eduardo Campos Allende.
En Tlayacapan se han disparado los homicidios, el robo a negocios, el robo de autos y motos y sobre todo, preocupa gravemente a empresarios y comerciantes la extorsión y el cobro de piso.
Desde hace al menos 3 semanas, alfareros y prestadores de servicios del todavía pueblo mágico, sufren por la llegada de integrantes de un grupo criminal que ya les puso cuota mensual para que les permitan seguir trabajando.
Pese a esto, el presidente municipal Eduardo Campos, se ha limitado a decir, que ya se tiene planeado construir un espacio donde opere la Guardia Nacional y la Secretaría de la Defensa Nacional y asegura que la construcción del C2 en Tlayacapan funcionará, aunque todo sea una vil mentira.
Lo que Tlayacapan requiere, es un alcalde que tenga mano dura y que no le tiemble la mano para brindar la seguridad en su municipio, pues el es el único responsable de lo que ocurre en su demarcación.
Esto no se trata de un tema político ni debe echarle la culpa a nadie por lo que a él le sale mal. Hoy a Eduardo Campos, ya lo cuidan policías qué le acompañan hasta el baño, mientras tanto, Tlayacapan se va quedando sin turismo y muy pronto dejará de ser un pueblo mágico para convertirse en un pueblo fantasma si no cambia su estrategia fallida.
Los tlayacapenses, tienen claro lo que pasa y ya se comienzan a organizar para protestar contra el presidente municipal que como un gato negro, solo les trajo mala suerte. Ya lo decía mi abuelita: «El primer acto de corrupción en un servidor público, es aceptar el cargo para el qué no está preparado». Hasta la próxima apreciados lectores