Sombrerazos, la columna de Domitilo Evangelista Díaz
Este sábado, en el marco de la toma de protesta de los nuevos comités de Morena que se llevó a cabo en el pueblo de Tejalpa, municipio de Jiutepec, el Coordinador de Política de la Presidencia de la República, Rabindranath Salazar Solorio, dio una muestra más de la congruencia de la llamada Cuarta Transformación y de cómo se vive en plenitud la austeridad republicana que pregonan sobre todo los integrantes de Morena.
El funcionario que ha dejado un tufo a corrupción en cada cargo en el que ha estado y en cada espacio de representación popular que ha ocupado, lució en el recién remodelado zócalo de Tejalpa, uno de los muchos «pequeños» lujos que acostumbra.
Además de ser viajero del mundo, asistente a eventos exclusivos en las Vegas, EEUU; arrendatario y dueño de cada vez más bienes inmuebles, amante de los vehículos deportivos, de la ropa de marca y de la buena vida que da vivir del presupuesto y de hacer negocios desde el poder, al “ninfómano presupuestal” Rabin Salazar Solorio, también le gusta vociferar sobre las bondades de la honradez, la austeridad y la justa medianía juarista (obvio, que deben seguir los demás).
Con esta incongruencia y nula integridad, Salazar Solorio continúa su búsqueda de ser considerado nuevamente pre candidato a la gubernatura del estado, dónde sabedor de que no tiene posibilidad alguna de lograrla, espera le alcance para negociar nuevamente espacios para sí, su familia, cómplices y prestanombres, en ese orden.