La columna de Andrés Salas
Vaya cinismo el de los dirigentes del PAN, PRI, PRD y RSP en Morelos, que ahora se quejan amargamente de la violencia y la inseguridad que se vive en la entidad, pero durante todo el sexenio, jamás dijeron ni pio; vaya, ni siquiera se les vio intentando denunciar lo que ocurría. Y es que quienes hoy se quejan, fueron regidores, diputados locales, federales, senadores, pero desde sus espacios, nada hicieron.
Hoy exigen que la federación y el estado les dé garantías de seguridad, pero no se acuerdan, que fueron ellos quien defienden la permanencia del fiscal general del estado, quien tiene en los escritorios de la dependencia, cientos de expedientes de personas asesinadas, desaparecidas y de feminicidios. Fue el PAN, PRI, PRD y sus compinches, quienes dejaron a la deriva a Morelos.
A los morelenses no se le debe olvidar, que el peor Gobernador de toda la historia de Morelos, pretende regresar a través de personajes siniestros; Graco Ramírez, sigue causándole tanto daño a Morelos, como cuando presentó a Alberto Capella como Secretario de Seguridad Publica de Morelos.
Hoy, Morelos sufre y llora lagrimas de sangre, por partidos como los que hoy se quejan de la inseguridad y buscan privilegios para tener policías que los cuiden a ellos y no a quienes pagamos la seguridad, que somos los ciudadanos, los de a pie, los que salimos a trabajar todos los días. Toca a los morelenses juzgar a los políticos que en esta campaña juegan a hacerse las víctimas, cuando sabemos la clase de ratas de dos patas, alimañas y culebras ponzoñosas que son.
Hoy no finalizaré mi columna con una frase de mi abuela, pues si mi abuela viviera, ya les hubiera mentado su madre a estos políticos ojetes, que hasta que iniciaron su campaña, se acordaron de lo mucho que ha sufrido por poner un ejemplo Cuautla, en donde cientos han perdido sus negocios, sus trabajos, su vida, mientras estos hijos de la chingada estaban escondidos en su cloaca esperando el proceso electoral para echar culpas de la inseguridad y violencia, de la que ellos son cómplices. Hasta la próxima apreciados lectores.