Con información de EL PAÍS
La reelección de Alejandro Alito Moreno y Carolina Viggiano, como presidente y secretaria general del Partido Revolucionario Institucional (PRI), se ha consumado. El proceso inició hace 36 días y ha estado marcado por críticas y señalamientos encaminados a un proceso presuntamente simulado. El dirigente ha conseguido 440 votos, el 97% de los sufragios emitidos, de los cerca de 480 integrantes del Consejo Político Nacional, contra los ocho apoyos que obtuvo su única oponente, Lorena Piñón y su compañero de fórmula, Cuauhtémoc Betanzos. El presidente de la Comisión de Procesos Internos del PRI, Pablo Angulo, anunció el triunfo de Alito minutos después del cierre de las urnas. En medio de la crisis por los desastrosos resultados electorales del 2 de junio, el dirigente ha anunciado el inicio de la renovación del partido y ha abierto la puerta a apoyar reformas del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador y de su sucesora, Claudia Sheinbaum. Aunque ha sostenido que la reforma al Poder Judicial no tendrá los votos priistas.
El dirigente ha reconocido la crisis que atraviesa el partido luego de los desastrosos resultados electorales del 2 de junio. “No vamos a ocultar que el partido se encuentra en la posición más compleja que hemos tenido en nuestra historia. Tampoco negaremos que el partido ha perdido terreno, apoyo popular y cargos de representación”, dijo a la militancia en su mensaje luego de rendir protesta. La caída estrepitosamente que ha tenido el PRI en los últimos años se aceleró desde la llegada de Moreno a la dirigencia, han referido sus críticos. En medio de la debacle Moreno ha anunciado el inicio de los trabajos para rescatar el partido.
La jornada se ha llevado a cabo a puerta cerrada y bajo la sombra de expresidentes del partido. Dulce María Sauri, Enrique Ochoa y Pedro Joaquín Coldwell han puesto sobre la mesa la posible permisividad del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), ante “el atraco” que consideran ha sufrido el histórico partido que gobernó 70 años consecutivos el país. Las autoridades electorales tienen pendiente de resolver las impugnaciones y quejas que han presentado los priistas críticos a la conducción de Alito. En su argumentación pesa la convocatoria presuntamente ilegal de la Asamblea Nacional del 7 de julio y los acuerdos que en ella se aprobaron. Entre ellas las reformas estatutarias que quitaron los candados y abrieron la puerta a la reelección de la dirigencia nacional; las presidencias estatales y municipales, así como la convocatoria para la renovación de la dirigencia que ha culminado con los comicios del 11 de agosto.
“Este domingo se ha consumado la farsa” han lanzado los antecesores de Alito. Sauri y Ochoa, sostienen que continuarán en pie de lucha hasta que las autoridades electorales, incluido el Instituto Nacional Electoral (INE), resuelvan los recursos de impugnación que han presentado y están pendientes de resolución. De resolver que la convocatoria a la asamblea del primer domingo de julio fue ilegal, las reformas estatutarias, el proceso de renovación y la reelección de Moreno y Viggiano quedarían sin efecto. Los priistas han construido una resistencia reacia que busca sumar a más priistas en defensa del partido. Ochoa ha sostenido que la agrupación política se encuentra secuestrada por el dirigente, electo el 11 de agosto de 2019 con poco más de un millón y medio de votos en un proceso que por primera vez fue abierto a toda la militancia.
Las reformas estatutarias aupadas por Alito y aprobadas en el seno del Consejo Nacional del partido han abierto la posibilidad de que Moreno y sus sucesores puedan repetir hasta por tres periodos consecutivos. Es decir, el dirigente tiene carta abierta para ser reelecto nuevamente y hacerse del control del partido hasta 2032. Sin embargo, los procesos de impugnación siguen vigentes y pueden dar un giro de tuerca a la dirección del partido .
El polémico dirigente dio un mensaje a la militancia en el que ha defendido la transparencia y legitimidad del proceso de renovación, la jornada electoral y a su única contrincante, Lorena Piñón. La cercanía que la priista tiene con el dirigente la colocó en el foco de las críticas y puso en duda la autenticidad de su postulación. La líder del PRI en Veracruz ha obtenido ocho votos, casi el 2% de los 448 consejeros que participaron en la jornada electoral interna, de acuerdo a los resultados que el titular de la Comisión de Procesos Internos dio al cierre de las urnas.
“¡Alito, amigo el PRI está contigo!” “¡Alito, amigo el PRI está contigo!”, fueron algunas de las arengas que se escucharon en el auditorio Plutarco Elias Calles de la sede nacional del PRI, en Ciudad de México. El dirigente ha ocupado gran parte de su discurso para reiterar, en diferentes momentos, que su reelección fue transparente, legal y democrática. “El desarrollo de este proceso, que no fue fácil, lo hicimos basado en la apertura, en el momento y en el tiempo. Nada a espaldas de nadie”, dijo. De manera velada ha dado respuesta a sus críticos y a los procesos jurídicos que han iniciado para tirar su reelección. “Hemos cumplido en tiempo y forma con todo el procedimiento, todo el andamiaje jurídico, todo ha sido apegado a la ley”, lanzó el dirigente.
Alito ha dejado abierta la puerta a la aprobación de reformas propuestas por el Gobierno de López Obrador y la próxima Administración. “Jamás hemos cerrado la puerta a acompañar iniciativas del Gobiermo, siempre y cuando estén bien sustentadas y qe representen los beneficios de la población”, sostuvo Moreno. Los errores del pasado han salido a colación, de paso le ha hecho un guiño al magisterio, uno de los bastiones que perdieron con las reforms estructurales aprobadas en el sexenio de Enrique Peña Nieto. “Los priistas no nos vamos a volver a equivocar. Porque lo que nos dañó fueron reformas que se apoyaron y que nos alejaron de los ciudadanos. El atentar contra los maestras y los maestros. El quivocarnos y dejarnos llevar por el tiempo y por el momento”, remató.