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Actores paralizan Hollywood en una huelga histórica

*El sindicato ratifica un paro que se suma al de los guionistas, un panorama desolador para la industria que no se producía desde 1963.

La amenaza de un paro total en la industria del cine se ha hecho realidad. Lo que a medianoche del miércoles parecía inevitable, tras expirar el plazo para alcanzar un acuerdo entre el sindicato de actores y los grandes estudios de Hollywood, se terminó de concretar horas después. Tras una reunión matinal, Fran Drescher, la presidenta de la unión de actores (Sag-Aftra, por sus siglas en inglés), anunció en una rueda de prensa para la Historia en Los Angeles que los 160.000 miembros del colectivo que representa al cine y la televisión se unirán al paro de los guionistas, en huelga desde hace dos meses y medio.

«No nos han dejado otra salida», indicó Drescher en un discurso apasionado y cargado de rabia y frustración ante la situación. «Pensé que podíamos evitar una huelga, pero estoy sorprendida de lo lejos que estamos de alcanzar un acuerdo. Es asqueroso. Deberían estar avergonzados. Están en el lado equivocado de la Historia». La intérprete de 65 años dijo que los actores son «víctimas» de la codicia de unos estudios movidos por los intereses de Wall Street. «No puedes cambiar el modelo de negocio y no pretender que cambie el convenio. Exigimos respeto. No pueden existir sin nosotros».

Algunos ya le han puesto título a esta película de horror para la industria del cine: la tormenta perfecta. Y es que hacía 63 años que no se producía una situación semejante, desde 1960, cuando Marilyn Monroe aún era la gran estrella de la época. El nuevo escenario podría paralizar miles de rodajes y afectar gravemente al flujo de contenido en las plataforma de streaming. Si la huelga de guionistas supuso la paralización de programas como los talk shows nocturnos en Estados Unidos, la falta de actores amenaza con detener de inmediato una cantidad considerable de proyectos.

El golpe sería mortal para la economía de California y de Estados Unidos en general. De la industria del cine dependen más 2,4 millones empleados y 122.000 empresas, según datos de la Motion Pictures Association. Un rodaje puede suponer una inyección de unos 250.000 dólares diarios para una economía local, un sector que reparte 21.000 millones de dólares al año entre 260.000 negocios en ciudades y pueblos de todo el país.

Horas antes del anuncio de la huelga, Drescher, había calificado de «insultantes e irrespetuosas» las propuestas por parte de la patronal, la Alianza de Productores de Cine y Televisión, la entidad que representa a los principales estudios y plataformas de streaming, incluidos Amazon, Apple, Disney, NBCUniversal, Netflix, Paramount, Sony y Warner Bros. Discovery. «Las empresas se han negado a participar de manera significativa en algunos temas y en otros nos bloquearon por completo», dijo la actriz en un comunicado. «Hasta que no negocien de buena fe, no podemos empezar a llegar a un acuerdo».

Los actores confiaban en alcanzar un acuerdo antes del 30 de junio, fecha en la que se vencía el convenio firmado con los estudios y que se renueva cada tres años. Pero ya en los últimos días del mes todo parecía indicar que no habría final feliz. En una carta firmada por más de 300 intérpretes se contemplaba la posibilidad de un paro, con nombres detrás como Meryl Streep, Glenn Close, Jennifer Lawrence, Ben Stiller, Amy Schumer, Amy Poehler, Laura Linney, Julia Louis Dreyfus, Liam Neeson o Neil Patrick Harris.

«Sentimos que nuestros salarios, nuestro oficio, nuestra libertad creativa y el poder de nuestro sindicato se han visto socavados en la última década», decía la carta. «Este es un punto de inflexión sin precedentes en nuestra industria, y lo que podría considerarse un buen negocio en años anterior simplemente no es suficiente hoy».

Sus peticiones son similares a las de los guionistas. Exigen mejoras salariales y en concepto de ingresos por regalías. Reclaman además protección ante la amenaza que pueda suponer la inteligencia artificial para su trabajo en los próximos años. «Creemos que es absolutamente vital que esta negociación proteja no solo nuestra imagen, sino que se asegure de que recibamos una buena compensación cuando parte de nuestro trabajo se utilice para entrenar a la inteligencia artificial».

Sobre la mesa están también las regulaciones sobre castings grabados por los propios actores, un fenómeno que se aceleró a raíz de la pandemia y que se ha traducido en menos sesiones en vivo como consecuencia. Los estudios, de momento, se lavan las manos. En un comunicado han manifestado su decepción ante la situación y culpan al sindicato de la ruptura de negociaciones. «Es la decisión de la unión de actores, no nuestra», indicaron.

Por delante, la amenaza de piquetes y manifestaciones como las que han venido protagonizando los guionistas en Los Ángeles y por todo el país y a las que se habían sumado con frecuencia algunos actores. Con esta son ocho las huelgas de guionistas en las últimas siete décadas, siendo la de 2007 la más reciente. Para los actores, sin embargo, es menos frecuente llegar a estas instancias. La anterior huelga de actores fue en 1980. Entonces la amenaza provenía del boom de los videoclubs y la venta de cintas para consumo en casa.

La pregunta ahora es saber si la patronal deberá lidiar con ambos sindicatos sentados juntos en la misma mesa o por separado, un mes después de que la unión que representa a los directores alcanzara un acuerdo calificado de histórico con los estudios. Al contrario que sus colegas de profesión, los realizadores sí han logrado un convenio para los próximos tres años que contempla mejoras salariales y protecciones frente a los programas de inteligencia artificial.

Los expertos apuntan a que el paro de guionistas ha afectado al 80% de la industria y que la huelga de actores la paralizaría por completo, un golpe añadido a los alargados efectos de la pandemia sobre la industria del cine. Solo las plataformas de streaming han salido ganando con el desplome de los ingresos en taquilla