•En Cuautla, Morelos, el dengue ha sido una preocupación constante para las autoridades sanitarias y la comunidad.
Por Andrés Salas
El mosquito, a menudo subestimado por su tamaño, se erige como el animal más mortífero para el ser humano, superando a serpientes, perros y cocodrilos. Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), estos diminutos insectos son responsables de la muerte de entre 750,000 y 1 millón de personas cada año. Una de las enfermedades más peligrosas que transmiten es el dengue.
El dengue es una infección vírica que se transmite de mosquitos a personas. La infección puede ser asintomática o presentar síntomas que varían desde una fiebre moderada hasta una fiebre alta incapacitante, acompañada de dolor de cabeza intenso, dolor detrás de los ojos, dolor muscular y en las articulaciones, y sarpullidos. Existen cuatro serotipos de dengue (DENV-1, DENV-2, DENV-3 y DENV-4) que circulan a lo largo de América, y en algunos casos, pueden circular simultáneamente.
En Cuautla, Morelos, el dengue ha sido una preocupación constante para las autoridades sanitarias y la comunidad. La región, con su clima cálido y húmedo, proporciona un ambiente ideal para la proliferación de mosquitos. En los últimos años, se han reportado varios brotes de dengue en Cuautla, lo que ha llevado a las autoridades locales a intensificar las campañas de prevención y control.
La prevención y el control del dengue requieren un enfoque intersectorial que involucre a la familia, las autoridades sanitarias y la comunidad en general. En Cuautla, se han implementado medidas como la fumigación de áreas propensas a la reproducción de mosquitos, la eliminación de criaderos de mosquitos en hogares y espacios públicos, y la educación de la población sobre la importancia de mantener sus entornos limpios y libres de agua estancada.
Es crucial que todos los habitantes de Cuautla tomen medidas preventivas para reducir la propagación de esta enfermedad mortal. La colaboración entre la comunidad y las autoridades es esencial para proteger la salud pública y evitar futuras epidemias de dengue.