*Tras sufrir esta semana robo a mano armada, Coppel se negó a denunciar, lo mismo ocurrió con tiendita de abarrotes que sufrió extorsión.
La columna de Andrés Salas
Durante los últimos meses, empresarios y comerciantes así como ciudadanos cuautlenses, han solicitado a las autoridades, garantizar la seguridad y disminuir los delitos de alto impacto que aquejan día con día a la demarcación.
La falta de policías, estrategia y malas decisiones, además de tener una secretaria de seguridad que como la caca del perico (ni huele ni hiede), ha originado, que el homicidio, extorsión y robo a mano armada, se haya disparado considerablemente.
Pero hay algo aún más grave, me refiero a la normalización de la violencia y el miedo a denunciar y dar seguimiento para hacer qué quienes cometen delitos, paguen por ello.
Recordará usted, que en días pasados, una persona fue detenida en flagrancia, luego de que el propietario de una tienda de abarrotes, solicitara auxilio a la policía del mando coordinado al intentar ser extorsionado. Tras la detención del presunto delincuente, se pidió a la víctima qué acudiera a denunciar formalmente y este, se negó por completo. Lo que originará, que este mismo día salga el delincuente de la cárcel y siga cometiendo actos delictivos en contra de la sociedad. ¿De qué sirvió que los policías lo detuvieran?
Otro caso, fue el que se presentó ayer mismo; por 6 vez fue asaltada la sucursal de Coppel de la avenida Reforma en la colonia Miguel Hidalgo, sujetos armados ingresaron a la tienda y se llevaron los aparatos celulares de dos vitrinas. Sin embargo, al arribo inmediato de la policía, el gerente de la tienda, informó que no presentaría cargos por los hechos, pues la sucursal cuenta con un seguro por robo, el cual la tienda cobra sin necesidad de denunciar. ¿Para que sirve entonces la intervención policíaca?
O cambiamos nuestro chip o seguirán en aumento los asaltos y delitos de alto impacto y muy seguramente, cada día serán con mayor violencia, al fin y al cabo qué la gente no denuncia. ¡Basta! Si no denunciamos, nos convertimos en cómplices de los delincuentes y eso sin duda acabará con la paz y tranquilidad qué caracterizaba a Cuautla. Somos una ciudad Heroica e Histórica gracias a hombres y mujeres que pelearon por nuestra libertad, por nuestra independencia, por nuestras tierras. No defraudemos a nuestros hijos y a las próximas generaciones. Ya lo decía mi abuelita: «El valiente vive, hasta que el cobarde quiere». Hasta la próxima apreciados lectores.