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Nada Cuautla en la sangre, pero Secretaria de Seguridad se niega a renunciar

•Hechos violentos no ceden y Cristina Gómez no da resultados a la ciudad.

La columna de Andrés Salas
Este fin de semana, como otros más, los hechos violentos no pararon, los asesinatos, ataques armados y asaltos están a la orden del día; ya ninguna colonia, ni el propio centro de la ciudad es seguro, pero esto, parece no preocuparle a la actual Secretaria de Seguridad Pública y Protección Ciudadana, Cristina Gómez Méndez, quien este domingo, estaba presente en una balacera acompañada de su familia en la cancha de fútbol de Amilcingo, donde por cierto, en vez de llamar a la policía a su cargo, decidió salir huyendo del lugar.

Ha trascendido que la titular de la seguridad en Cuautla, se encontraba descansando, sin embargo, parece que su descanso ha durado más de un año, pues no hay resultados en materia de prevención del delito y menos en los hechos violentos que día con día azotan a Cuautla.

Este fin de semana, una mujer fue asaltada y al intentar correr de los delincuentes, fue asesinada por disparos de arma de fuego, no se montó ningún dispositivo especial para lograr dar con los delincuentes, esto, apesar de que testigos de los hechos, dieron las características de los presuntos asesinos.

A Cuautla le urge una Secretaria o Secretario de Seguridad Pública, con ganas reales de trabajar, pero sobre todo, con carrera policial y de investigación criminal, que ponga orden en la dependencia y que no haya compromisos con algunos policías, pero si con toda la corporación y la ciudadanía.

Hace algunas semanas, Cristina Gómez Méndez fue cuestionada por su trabajo y se negó a renunciar a su cargo, sin embargo, se han agudizado los problemas al interior de la corporación policíaca, pues los propios elementos ya exigen la salida de la secretaria y de no hacerlo, muy seguramente comenzarán las manifestaciones de los policías. Si Gómez Méndez quiere continuar siendo policía, es urgente que deje el encargo para el que muy claro está no está preparada. Mi abuela siempre decía que: «El primer acto de corrupción de un funcionario, es aceptar el cargo para el que no está preparado» hasta la próxima apreciados lectores.