La columna de Andrés Salas
Seguramente a usted le ha tocado el tráfico intenso, o entrar a calles del Centro de Cuautla y que los llamados cumbieros no avanzan y si usted les pita, menos lo hacen y hasta se enojan de que uno les apura. Calles enteras son base de cientos, si, de cientos de ellas y muy desafortunadamente la gran mayoría son de rutas que son de otros municipios.
El pasado lunes, le pregunté durante su conferencia de prensa semanal al presidente municipal de Cuautla, sobre si era cierto que se tenía un plan para que las rutas foráneas dejaran de entrar a la ciudad y me confirmó, sin embargo, me dio el razonamiento del proyecto de vialidad que tienen pensado. Primeramente, me compartió que de las 2200 combis que circulan en Cuautla, solo 820 son locales, es decir, que casi 1400 son de otros municipios.
Me queda claro que Cuautla es el municipio que concentra 17 municipios de la región oriente y que sin duda alguna esta ciudad basa su economía en el comercio, sin embargo, el dejar de permitir que combis foráneas entren hasta el primer y segundo cuadro de la ciudad, sin duda mejorará la circulación y generará una mayor derrama económica para los locales.
Y es que quienes viajan de otros municipios, efectivamente abordarán dos combis, pero seguirán pagando lo mismo, pues las rutas foráneas no crean que le cobrarán la tarifa mínima, por el contrario, les cobran a los usuarios basados desde donde viaja usted y peor aún, a pesar de estar prohibido, cargan pasaje dentro de la ciudad, lo que afecta a todo el transporte local.
¿Se ha dado cuenta que la mayoría de combis foráneas tienen modelos recientes de vehículos? ¡Claro! Tienen mayores ganancias, pues la gran mayoría de ellas han invadido a Cuautla y logran captar un mayor número de usuarios.
Sin embargo, al menos el 90% de los propietarios no son de esta ciudad ni pagan impuestos, ni contratan a trabajadores de aquí.
Mi humilde punto de vista tiene que ver con el futuro de nuestra ciudad, si se sigue tolerando el transporte foráneo en Cuautla, muy pronto el municipio se convertirá en una mini ciudad de México, donde el tráfico inmenso acabe con nuestra paciencia, para muestra le pongo de ejemplo a las combis de Amayuca que hacen base en la parada del Niño Artillero, diariamente es un infierno poder dar vuelta ahí, pues los ruteros hasta en doble fila hacen base.
No soy Mony vidente, pero veo venir una gran tormenta, pues muy seguramente los transportistas foráneos se opondrán al proyecto, pero Rodrigo Arredondo no estará solo, pues las rutas locales habrán de respaldarlo, además de las organizaciones y sectores que se sumen a poder rescatar la ciudad.
Me adelanto a decirle, que, si sale con orejas y rabo en las manos, Arredondo tendrá la oportunidad de oro para devolverle a Cuautla un poco de tranquilidad y armonía y sin duda, el pueblo sabrá recompensarlo. Puede usted estar de acuerdo o no, en esta columna solo le ofrezco mi punto de vista.
Ya lo decía Esteban Garaiz, “El transporte público es un servicio público, en todo el mundo. Si no les es rentable, devuélvanlo a quien le toca dar el servicio” Hasta la próxima columna estimados lectores.