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La nomofobia: el miedo a quedarse sin celular

El celular es una herramienta de comunicación que se ha vuelto esencial para las personas. Con el avance de la tecnología, los celulares ya no sólo permiten realizar llamadas sino que son “inteligentes” y sus funciones nos permiten estar conectados y mantener presencia en el mundo virtual.

Pero, ¿qué pasaría si te quedaras sin contacto con tu smartphone? ¿Cuánto tiempo podrías quedarte sin él? ¿Has experimentado ansiedad al quedarte, al menos un día, sin tu celular?

A la sensación de ansiedad o miedo por quedarse sin celular se le conoce como nomofobia.

¿Cómo identificar la nomofobia?

De acuerdo con Guillermo Peñaloza, médico psiquiatra egresado del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía, es un fenómeno asociado a alguna otra situación que afecta a adolescentes o adultos. Además, es un patrón de conducta que puede ocasionar problemas para resolver situaciones del día a día, como el trabajo o escuela.

Esas conductas impiden a las personas realizar tareas escolares o laborales o afecta en sus relaciones interpersonales. Incluso, dijo, las personas experimentan irritabilidad al dejar el teléfono móvil. “Es una sensación falsa de conexión constante”, relató el psiquiatra.

Aseguró que entre las afectaciones se pueden expresar en un mal desempeño escolar, no pueden entregar a tiempo las cosas del trabajo o de la escuela, “y eso les provoca más problemas ”, dijo.

El especialista señaló que, si un paciente es referido a consulta por tener un problema con el uso excesivo de un teléfono celular, habrá que revisar que hay más allá de la nomofobia.

Un acto radical: apagar el celular

A nivel mundial, la nomofobia no está catalogada como una enfermedad o padecimiento, aunque la ansiedad sí está dentro del espectro de salud mental, por lo que no hay cifras precisas para medir su impacto.

Unos años después del primer estudio que hizo YouGov, en 2019, hizo otro cuestionario en el que encontró resultados muy parecidos al primero: jóvenes de 18 a 34 años, principalmente, fue la principal población que experimentaba nomofobia, aunque antes no hubieran escuchado el término.

Finalmente, Guillermo Peñaloza recomendó a las personas asistir con algún profesional de la salud mental, para evaluar estos patrones de conducta y evitar afectaciones en las actividades cotidianas.

Con información de ONCE NOTICIAS