La columna de Andrés Salas
Hoy tengo el gusto de saludarles desde mi regreso a la columna semanal de la cual tuve un breve descanso, no sé si merecido, pero sí muy necesario, en fin, comencemos con mi participación…
Othón Velázquez Quiroz es un profesor que se convirtió en directivo administrativo, sin embargo, de los espacios donde ha estado, siempre, siempre sale linchado por padres de familia, alumnos y hasta maestros. ¿Por qué? Sencillo, porque el señor siempre pretende hacer lo que quiere, sin generar acuerdos ni consensos con absolutamente nadie.
En su paso por la secundaria técnica 40, ubicada en la colonia Morelos, en Cuautla, fue acusado de colocar una lona violentando a una profesora que sería enviada al plantel; por su parte el 2 de abril del 2019, también fue acusado por el sindicato de profesores lo acusó de haber agredido físicamente al sub director del turno vespertino.
En ese mismo plantel, una madre de familia esperó a que su hija egresara de la escuela para denunciar penalmente a Othón Velázquez por violentar los derechos de la estudiante. Otros padres de familia señalaron que el profesor violentaba psicológicamente a los estudiantes, llamando a uno de ellos “putito”.
Ahora este hombre, se encuentra dirigiendo a la secundaria técnica 19, ubicada en Casasano; pero no ha cambiado en nada. Lo que Othón hace en el plantel no es disciplina, es violencia. Mire usted que ahora se le ocurrió cambiar de color el uniforme de educación física y previo a iniciar el nuevo ciclo escolar, dijo que quien no llevara el nuevo modelo, no podría entrar a la escuela.
Tras el enojo de los padres de familia, reculó y hasta mandó a poner una lona en las afueras de la escuela, mencionando que no habría problema si el alumno acudía con el anterior uniforme. Sin embargo, padres de familia han ya documentado que cuando los adolescentes entran con el “viejo” uniforme, son reportados, lo que podría perjudicar su carta de buena conducta al finalizar el año escolar.
Othón maneja la cooperativa a su antojo, tiene un comité de participación social a modo y quien no este con él, está en contra de él. Por ello, es necesario que el Instituto de la Educación Básica del Estado de Morelos, ponga atención sobre este personaje que lejos de generar una comunidad escolar unida, se gana a pulso el rechazo de todos. Pobre don, no me quiero ni imaginar cómo vive con tanto odio en su corazón. Pero ya lo decía mi abuelita: “aprendiz de muchas ciencias, maestro de mierda”. Hasta la próxima.