La columna de Andrés Salas
Vaya que fue noticia el hecho que Ulises Bravo Molina, fuera declarado inelegible y le quitaran la consejería ganada en el movimiento de regeneración nacional, pero además, no le permitieran ser dirigente del partido en Morelos.
Luego de que la sala superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación cantara la sentencia respecto al expediente, el grupo de Rabíndranath Salazar Solorio comenzó a reagruparse, pues buscará impugnar ante el Tribunal Electoral, para que le sea reconocida la presidencia al segundo lugar, es decir, a José Guadalupe Ambrosio Gachúz.
Sin embargo, el equipo de Ulises Bravo Molina, también tienen lista su estrategia para impedir que el equipo de los rabines, les quite lo que por derecho les corresponde. Primeramente la lista de consejeros electos en Cuernavaca se deberá recorrer, entrando Eduardo Galaz Chocón, actual director de transporte, es decir, del mismo grupo que Bravo Molina.
Parte de la estrategia que muy seguramente utilizarán, es que existe una orden de aprehensión en contra de Luis Manuel Rodríguez Bernabé, aquél consejero que ha votó vía telefónica y que muy seguramente ahora le impedirán hacerlo de esa manera, lo que generaría la derrota contundente para el equipo de Rabíndranath Salazar Solorio, en el caso de que convocaran a consejo para elegir nuevamente presidente
Pero también hay una gran posibilidad, se trata de nombrar a Martha Patricia García Garnica, como Secretaria General con funciones de presidente, tal como lo hizo Gerardo Albarrán por algunos años. Martha Patricia, también podrá integrarse a las impugnaciones como tercer interesado y el Tribunal Electoral valorará lo que a derecho corresponda, sin embargo, todo indica que esta será la acción que determinarán los magistrados, lo que coloca a Rodrigo Arredondo en un lugar privilegiado para las elecciones del 2024.
Pobre Rabín, sin duda las cosas nomás no le resultan, debe urgentemente sacudirse a Miguel Lucia, quien lejos de ayudarlo, lo hunde cada día más. Ya lo decía mi abuelita: «Del plato a la boca, se cae la sopa». Hasta la próxima apreciados lectores