La columna de Andrés Salas
Luego de dar a conocer los resultados de la elección interna de Morena donde designaron nuevos congresistas y consejeros políticos; también salieron a la luz quienes solo ganaron en las elecciones pasadas por el mero nombre del partido, pero sobre todo por el cobijo del presidente de México, el Lic. André Manuel López Obrador. Me refiero específicamente a la diputada federal Juanita Guerra Mena así como Brenda Espinoza López.
Las dos legisladoras qué representan a Morelos en la cámara de diputados, no llegaron ni a los 100 votos, ni sus cercanos acudieron a votar por ellas, bueno, con decirle a usted, que Brenda no fue a votar por la cantidad de gente que había y prefirió no esperar más de 7 horas como la mayoría de electores lo hicieron. Para el caso de Juanita, espero a que la fila fuera menor y llegó con una de sus hermanas para cumplir con su compromiso como militante de Morena, sin embargo, de nada le sirvió, la votación no les favoreció, ni a Espinoza López ni a Guerra Mena.
Sin duda alguna, esta elección dio a conocer de que cuero salen más correas, porsupuesto que hubo acarreo descarado, entrega de apoyos y despensas, hasta 300 pesos pagaron por el voto, para mi gusto, ni en los mejores tiempos del PRI se vieron tantas irregularidades en una elección interna.
Pero aquí cabe la pregunta obligada ¿entonces de plano no tienen Juanita y Brenda seguidores que las respalden? Lo que pasará con ellas dos, es que se irán a la historia como las legisladoras grises, pues además de no tener votos, no tienen un trabajo legislativo que las respalde, apesar de haber sido reelectas.
En esta jornada electoral quedaron en ridículo como políticas que dicen ser, pues hasta en el conteo, los propios funcionarios de casilla se reían al cantar el número de votos qué obtuvieron. Pero ya lo decía mi abuelita: «No es lo mismo sentarse a comer que preparar la comida. Hasta la próxima mis queridos lectores.
Nota: Esta columna es de carácter informativa, en ella se hablan de funcionarios y personajes públicos, de ninguna manera expresa o se escribe para ejercer violencia política por razón de género en contra de nadie.